Arquitectura

viernes, 23 de junio de 2017

LIBANITO QUE NO PUEDE FALTAR

Semana santa de 2017, contrario a lo que el pronóstico del tiempo marcaba, hizo un día muy agradable e iluminado.

Prefecto para hacer unos trazos y capturar algunas imágenes.

Para calentar la mano, empecemos con esta descerezadora de café, muy tradicional en la región ya que el Líbano tiene una tradición cafetera muy fuerte.

Esa máquina sirve para quitar la cáscara del café, la rojita cuando está ya maduro.


Y obviamente... el escenario que inspiró los trazos


Para no "atrofiarme" decidí que era suficiente por el día, así que guardar lápices, pinceles y a reencontrarme con mis amigos del bachillertato Goldy y John Jairo!!

Al día siguiente una imagen tan cotidiana durante mucho tiempo pero tan ocasional que se ha vuelto desde unos años hacia aquí... La Catedral del Líbano.



Siempre que dibujo en el Líbano, recuerdo a mi buen amigo Manolito, ahora en Francia, que por esas cosas de la vida unos días antes de fin de año del 95 llegó a tientas al Líbano orientado únicamente por un dibujo de la iglesia del pueblo que en época de universidad le regalé.

Él junto a Nelson, otro amigo de Ibagué, recordaba el dibujo y según el punto de observador se ubicó en la calle que era con la casi perfecta puntería de preguntar por mi en la casa de al lado.

Ya con la certeza de saber que la casa de mis tíos era la de enseguida fue a preguntarme siendo mi tía quien le abrió y le dijo "hay Manolo, justo él no pudo venir para estas fechas porque a la mamá le dió algo en la pierna y no puede caminar"

Manolito... bienvendio siempre!!!






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